¡Menos intuición y más estructura!

¿Quién de ustedes hace lo que realmente planeó para su vida cuando estaba arrancando a pensar su camino? o ¿Quién de ustedes no ha tenido que cambiar la ruta que se trazó al inicio de un proyecto?

Pues déjenme contarles que yo he tenido que cambiar de escenarios y de rutas en la medida que el entorno y las situaciones lo van pidiendo, he pasado por diferentes contextos, ambientes, grupos de amigos, ámbitos laborales, pero de todos he ido sacando beneficios tanto personales como profesionales, de todos estos cambios he tenido aprendizajes que van fortaleciendo mi forma de actuar frente a los eventos y los hechos que hoy algunos de ustedes conocen.

Cada vez que una persona inicia un proyecto ya sea de vida, profesional o empresarial, normalmente parte de la intuición, de esa chispa interna que algunos llaman el “sexto sentido”, hay una fuerte inclinación de terminar haciendo lo que otros dicen que es lo más conveniente para realizar, como también proyectar los escenarios basados en la copia de acciones de lo que a otros ya le ha funcionado y que se asume también le va a funcionar. Lo reconocemos cuando en empresas y organizaciones se proponen los servicios que otros ya tienen, cuando todos los emprendimientos empiezan a nacer y volverse mercado saturado porque alguien le funcionó la idea de negocio que implementó, así surgieron los cientos de emprendimientos de mascotas, de café y de uchuva como los que conocemos hoy en día y los que siguen buscando su propuesta de valor y su diferenciación por la forma en que nacieron.

Y no estoy juzgando la estrategia que se implementa, estoy haciendo una invitación a que se haga una lectura apropiada del entorno para saber cómo debe actuar a futuro, cuál es el alcance de lo que quiere hacer y definir su camino con bases sólidas y coherentes. Para nosotros en Inngesta lo llamamos “Conocer”, para el Design thinking es “Empatizar” para otras metodologías es “contextualizar”, pero el fin de todas estas es poder tener la base que permita tener claro y a profundidad la necesidad o el reto que quiere abordar y hacer una indagación profunda que incluya las diferentes perspectivas del problema y así encontrar la raíz de lo que quiere o pretende solucionar.

Cuando hablo de leer el entorno se trata de utilizar las herramientas que parten de la innovación que me permitan ir al detalle de esas intuiciones con las que partimos, mapas de empatía, perfiles, tendencias, patentes, recursos científicos, etc., que permitan ajustar y hacer cambios en la medida que la situación lo vaya demandando, es una alineación a las necesidades del entorno y porque no, darse la oportunidad de partir de cero para poder generar un nuevo proyecto o idea desde la lectura coherente del entorno y sus limitaciones.

En este ejercicio de partir de cero, nos hemos encontrado con proyectos o ideas nuevas que atienden necesidades reales, solamente basándonos en las tendencias y haciendo divergencia desde las necesidades, planteando asuntos que posiblemente ya se han pensado, pero que nos ayuda a ver de una manera diferente como resolver las situaciones de nuestra comunidad y en general de nuestra sociedad.

“No es lo mismo buscarle necesidades a una solución, que buscarle soluciones a una necesidad

Cuando soy capaz de leer bien el entorno y luego de ya apropiarme del mismo, pensar soluciones a sus necesidades, se me va a facilitar y de allí se ajustan las iniciativas a lo que quiero proyectar. Se trata de saber qué está buscando y necesitando la sociedad y no de poner en marcha lo que nosotros creemos que requieren bajo eso llamado “intuición” o de ejecutar y desplegar lo que otros ya han hecho sin justificar si se necesita o no, pues los contextos son diferentes y las necesidades muy variables.

Los invito a seguir este camino:

  1. Haga un proceso estructurado de lectura del entorno,
  2. Identifique los retos potenciales,
  3. Busque alternativas de solución al mismo reto,
  4. Y muy importante deje que la intuición tenga menos protagonismo para minimizar el fracaso.

Estamos seguros que validando las necesidades, apropiándose del contexto, damos soluciones más concretas a los retos y tenemos más cerca el éxito.

En sus marcas, listos… ¡PITCH!

¿Sabes expresar tus ideas de forma asertiva y en tiempo record?

Despertar el interés desde la creatividad en diferentes tipos de audiencias es una necesidad latente en la actualidad cuando estás presentado un proyecto o un nuevo emprendimiento. Es por esto que planear un buen PITCH te ayudará a crear interés sobre tus ideas y tu emprendimiento para conseguir llamar la atención.

¿Sabías que… un Pitch es una técnica que permite en un tiempo muy corto dar a conocer tu punto de vista y captar la atención de tus oyentes y así generar un impacto en ellos? Aquí te mostraremos algunas de las particularidades que debes tener en cuenta.

Iniciemos con su origen: este es desconocido, pero muchos de los expertos se lo atribuyen a Philip B. Crosby que en 1981 publico en su libro “The Art of Getting Your Own Sweet Way” una de sus muchas experiencia significativas en la que pudo presentar al CEO de su compañía una idea solamente en el tiempo que duro el recorrido del elevador; tal suceso se dio a conocer como un elevator pitch. Es por esto que conocer tu público, ser asertivo en la elección de las palabras, tener seguridad y generar confianza son algunas de las cualidades que se deben tener en cuenta a la hora de presentar lo que quieres llevar a cabo.

¿Pero cómo hacer un Pitch? La preparación es lo más importante: esfuérzate por generar una muy buena primera impresión y así obtendrás los resultados esperados al crear interés en tus oyentes. Aquí algunas recomendaciones que te serán de utilidad:

  • Preséntate: se coherente y preciso en lo que quieres dar a conocer y haz que esta información sea acorde con lo que quieres presentar, no te extiendas, sé claro.
  • Define un objetivo y el mensaje que quieres trasmitir: ¿Cuál es la historia que quieres presentar? ¿Qué necesidad quieres resolver? ¿Cuál es el problema del mercado? ¿Tu solución hará mejorar la compañía?
  • Estudia y conoce tu público: esto te facilitara ser preciso en el discurso que decidas presentar y tendrás una ventaja competitiva frente a tus interlocutores.
  • Presenta cuál es tu diferenciador frente a otros competidores:  cuál es tu valor agregado para que tu servicio o producto sea el mejor.
  • Muestra tus ideas de una forma creativa: salte de lo cotidiano, las personas ya están acostumbradas a presentaciones en PowerPoint y a discursos planos.
  • Cierra y captura la confianza de tus oyentes: presenta datos que generen profundidad y valor a tus ideas. “Este será el gancho que te llevara al éxito”.

Tu objetivo será dar a conocer en poco tiempo, desde un pequeño discurso, por qué eres él o la indicada para llevar a cabo el proceso y cómo tus soluciones son las precisas para posicionar y satisfacer una o varias necesidades.

El Picth perfecto lo creas tú.

Team Inngesta